Las principales agencias de ratings han expresado su optimismo frente a la economía portuguesa. Moody’s fue la primera en elevar la nota del país, y recientemente subió el rating a Ba1 considerando las perspectivas de la nación como “estables”. Asimismo, Standard & Poor’s aún mantiene la mejora de la perspectiva de Portugal en “estable”, así como Fitch que la pasó a “positiva” el pasado mes de abril.
La decisión de estas agencias de notación se basan en el progreso que el país ha tenido en relación a la reducción de su déficit presupuestario, las previsiones de crecimiento y las condiciones de financiamiento, la salida de la Troika y, en general, por la mejoría de la economía nacional.
Por estas razones, los grandes bancos de inversión del mundo, como el Citigroup y el Commerzbank, han recomendado a sus clientes la compra de la deuda portuguesa. David Schnautz, analista del Commerzbank, indicó que las expectativas de estas decisiones han creado las condiciones necesarias para que los intereses de la deuda continúen bajando. Hasta ahora, han estado “en caída en todos los plazos, sobre todo en los más cortos”, según datos difundidos por el Jornal de Negócios.
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